Un experto en productividad operativa es un concierge para líderes y gerentes que tiene como objetivo fundamental transformar operaciones desordenadas en sistemas productivos, estables y escalables.
¿Para qué sirve? Para ganar más con lo que tienes de forma sostenible, para dedicar más tiempo al negocio, para atrapar bolas de nieve que sabes que están allí, bajando la pendiente, pero no tienes el tiempo o las personas para atenderlas.
Funciona como una especie de copiloto, de mecánico, que interpreta los objetivos, estrategias, metas y expectativas de la dirección y las compara con las capacidades actuales de la organización que debe ejecutarlas, analizando cada aspecto de la operación, identificando cuellos de botella presentes y potenciales, diseñando e implementando soluciones que resuelvan de la manera más óptima y pertinente posible cada problema de productividad existente.
Su formación, experiencia y aprendizaje continuo le permite trascender las barreras y fronteras departamentales, profesionales y jerárquicas ya que es justo allí, en la tierra de nadie, donde se encuentran la mayoría de los problemas de productividad.
Su actitud no es de consultor, ni de asesor, es de concierge, y su trabajo silencioso es interpretado de múltiples formas dependiendo de la perspectiva desde la que se mire y de las distinciones que tenga el observador.
Su actuar no sigue un patrón preestablecido, depende del contexto, del estilo de liderazgo que lo contrata, el nivel de madurez, el tamaño y complejidad de la organización y de la naturaleza de los problemas de productividad que se acuerde resolver.
Cuantifica con métricas cualitativas y cuantitativas el trabajo a realizar, marcando un antes y un después de las acciones acordadas y como impactan en la rentabilidad de la organización (en los términos que la organización los requiera).
¿Que no es un experto en productividad operativa?
No intenta enseñarte las últimas técnicas de productividad que aprendió por instagram, y que cambiarán tu vida, y si no las adoptas el problema eres tú como líder. No es un influencer de desarrollo personal.
No es un consultor que pretende venderte el último grito de la moda en gestión o en tecnología. Su trabajo es conocerlo, validarlo e implementarlo si te agrega valor real y mostrar resultados.
Trabaja con lo que hay, con las herramientas y personas disponibles, y si es necesario implementar nuevas tecnologías tiene una razón y un impacto bien definido en términos cualitativos y cuantitativos.
No dicta cursos, ni talleres como parte esencial de su trabajo, se hacen sin son necesarios. No es un profesor, es un concierge que ejecuta un plan concreto una vez acordado. De un experto en productividad se aprende observando cómo hace las cosas y preguntándole.
No necesita reunirse contigo a cada rato, no te quita tiempo, anda por ahí resolviendo problemas, construyendo soluciones para ti o aprendiendo, te mantiene informado de forma impecable sobre como va todo y sobre lo que necesita para avanzar.
Bueno, no conozco una carrera o profesión que enseñe y forme como experto en productividad operativa, pero esto es lo que ofrezco a mis clientes, producto del aprendizaje y la experiencia acumulada y combinada de 30 años, siendo oficial de comando, gerente, consultor, emprendedor, desarrollador de software, gerente de proyectos, analista e ingeniero de datos, trabajando con gente maravillosa y algunas que no tanto, sufriendo, entendiendo y resolviendo malas prácticas, y anhelando a un profesional que simplemente me ayudara a llevar la carga de la gestión en mis momentos más críticos, justamente en las etapas de crecimiento, Lo anhelé tanto que terminé convirtiéndome en ese profesional, porque me encanta y porque creo que es necesario.
Abrazos.